Casi diez años despues

Hace diez años acepté un trabajo lejos de casa, en una instalación para refinación de petroleo llamada Refinería de Amuay, localizada al occidente del país, en el estado Falcón. Ya no se llama así, aunque eso no viene al caso. Pasé casi dos años allí. Nunca viví solo tanto tiempo, fuera de casa. Estar solo, me hizo reflexionar acerca de mi futura vida como adulto. Mis opciones. Qué sabía acerca de mi. Qué no. Que quería. Porque. Porque no. Cuales serían las consecuencias. Que perdería. Que ganaría. El futuro era un tunel con una luz que indicaba al final la salida. Tan borrosa que podría ser la salida, o un simplemente un bombillo. Fue hace tanto tiempo, que a veces pareciera que hablo de una persona que conocí en esa época y no de mi. Tendría unos 21 años.

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El Mar se ríe.

El Mar se ríe.
Timidamente besa los dedos de mis pies.
Los azota con una ráfaga de espuma.
Hoy el mar me regala conchas de colores.
Caracolas azuladas. Tellinas rosadas. Ostras blancas y grises.
Le ha arrancado algas al arrecife para traerlas hoy a la playa.
Varec Rojo. De color sangre. Sargazo Dorado. Kelp verde azulado.
Hoy el mar se ríe. Quiere que me bañe en él.

No hay nubes grises en su horizonte.
Solo algunos cirros en las alturas.
El sol se está ocultando y sopla una brisa tibia.
El corazón de mar palpita tranquilo en cada ola. En cada resaca.
Me dormiría en el abrazo de su playa blanca.
De su canto suave de sal y arena.
Hoy el mar se ríe.

Juego a ser perseguido por sus olas. Por sus brazos.
Hoy el mar no tiene restos de la escoria de los barcos.
Tampoco la basura de los bañistas.
Luce claro. Transparente.
Y en la profundidad, el azul misterioso invita a adentrarse.
A sumergirse en la intimidad de la profundidad.

Hoy el mar me contempla.
Moja mis piernas arrastrándolas lentamente hacia sus entrañas.
Acaricia suavemente mis pies.
Abandono mi cuerpo en sus aguas.
La luna observa timidamente desde el horizonte.
El mar se ríe hoy.

Techné 10:10AM 17Julio1995 Judibana.